21 son las palabras que usa el diccionario para definirla.

“Persona que llega a un país o región diferente de su lugar de origen para establecerse en él temporal o definitivamente”

Para mi un inmigrante es otra cosa. Un inmigrante es una persona que decidió alterar el previsible orden de sucesos de las cosas, hipoteco su tranquilidad y la de los de su alrededor y se banco los cuestionamientos de su familia,su jefe, sus amigos y su pareja en caso de que la hubiera.

Es una persona que logró evadir las dudas de otros y las propias y apretó enter a la solicitud de la visa, y a comprar el pasaje de un solo tramo. Es una persona que respondió hasta el hartazgo preguntas del tipo: ¿ y ya sabes de qué vas a vivir? ¿ya tenés casa? ¿ No te da miedo no encontrar trabajo? E igualmente se subió al avión.

Es una persona que dudo si llevar mochila o valija y se frustró cuando entendió que sólo tenía 23 kilos para llevar cosas. Y no porque ese sea el peso permitido en un avión sino porque no puede acarrear más. Si es que quiere poder usar su espalda para trabajar.

Un inmigrante es una persona que siempre contempla dos husos horarios. En el que vive, por prácticidad, y en el que están despiertos los que viven en su “lugar de origen” o en su casa.

Es una persona a la que cada mañana le cuesta decidir que diario online leer. Una persona que se acostumbró a perderse cosas; la graduación de su hermana, el nacimiento de un sobrino, el baby shower, el bautismo, el cumpleaños de 80 de su abuela, el casamiento de un amigo, la primera y la última navidad de alguien.

Y todas estas pérdidas no entran en la definición del diccionario. Porque el tiempo y el espacio apremian y la IN le de paso a la IM y hay que definir. Ser conciso y certero pero a veces, la palabra cae por su propio peso y la definición le queda chica, liviana.

Un inmigrante es una persona envidiosa por elección. Porque su decisión de viajar lo llevo a ser un extrañador compulsivo. Extraña cosas, lugares, personas, olores, sentimientos y le da bronca saber que hay personas que pueden tener todo del mismo lado de un océano. En un perímetro concreto y realizable en función de su necesidad. Eso, lo vuelve tremendamente loco, incluso llegando a cuestionarse por qué se tuvo que mover de donde estaba.

El inmigrante tiene un TOC, le pide sistemáticamente a cada persona que lo visita desde “su lugar de origen” que le traiga las mismas cosas. Una golosina que comía en el infancia, una bebida que tomaba con amigos, juegos de mesa específicos entre otras cosas, que en su nueva residencia no consigue.

Es una persona que sabe que sus seres queridos viven el día a día sin Él  y también se acostumbró a eso. El inmigrante es una persona que se acostumbró a acostumbrarse. Creo que esa es una definición más acertada, sin tanto adorno temporal o definitivo.

Un inmigrante es una persona que se siente ciudadana del mundo pero que tiene un lugar, un pedacito de geografía, al que llama casa, y al que siempre se siente bien volver.

Hay un día importante en la vida de un inmigrante, un punto de inflexión, donde se da cuenta que la cosa es seria: El día que sueña en otro idioma, que no es su lengua materna. Ese día el inmigrante se siente traicionado porque se da cuenta que su subconsciente mutó. Se adaptó antes que Él, a no estar en casa.

Aunque todo lo dicho en párrafos anteriores me parece importante me gustaría subrayar que hay otro tipo de inmigrante, más urgente que el anterior. El que viaja con lo puesto, al que nadie le trae cosas de su “lugar de origen”, que tiene pesadillas en vez de sueños, que no llego en la comodidad de un avión, al que nadie le quiere dar una visa. El inmigrante que NO DECIDE NADA. Bueno, en realidad toma una sola decisión. Que no quiere morir en esa guerra. Y a ellos les debemos muchas más que 21 palabras.